Aun antes de nacer, la mayoría de los niños oyen y escuchan sonidos. Aprenden a hablar imitando los sonidos a su alrededor y las voces de sus padres y de las personas que los cuidan. Sin embargo, esto no ocurre con todos los niños. De hecho, alrededor de dos a tres de cada 1,000 niños que nacen en los Estados Unidos nacen con una pérdida de audición detectable en uno o ambos oídos. Otros pierden la audición más adelante en la niñez. Es posible que los niños que tengan una pérdida de audición no adquieran el habla y el lenguaje tan bien como los niños que pueden oír. Por esto, es importante detectar la pérdida de audición lo más pronto posible.
Debido a esta necesidad de una identificación e intervención temprana para la pérdida de audición infantil, actualmente hay programas universales de pruebas de audición para los recién nacidos en todos los Estados Unidos y en la mayoría de sus territorios. Con la ayuda del gobierno federal, cada estado ha establecido un programa de detección e intervención temprana. Como resultado, alrededor del 98% de los bebés reciben una prueba de audición antes del primer mes de nacidos.
¿Por qué es importante hacerle una prueba temprana de audición a mi bebé?
El momento más importante para que un niño aprenda el lenguaje (hablado o de signos) es durante los primeros 3 años de vida, cuando el cerebro se está desarrollando y madurando. De hecho, los niños con una audición típica comienzan a aprender a hablar y a adquirir el lenguaje en los primeros 6 meses de vida. Por eso es tan importante evaluar y comenzar las intervenciones para la pérdida de audición lo antes posible. Las investigaciones sugieren que los niños con pérdida de audición que reciben ayuda temprana desarrollan mejores habilidades de lenguaje que aquellos que no la reciben.
¿Cuándo le debo hacer la prueba de audición a mi bebé?
Su bebé debe recibir una prueba de audición antes de salir del hospital o del centro de maternidad. De lo contrario, asegúrese de que lo evalúen durante su primer mes de vida. Si no se le ha hecho la prueba de audición a su bebé en el primer mes de vida, o si no le han notificado los resultados, pídale hoy mismo al pediatra de su hijo que le haga la prueba o que le dé los resultados, si los tiene. Tomar una acción rápida es importante si la prueba muestra que hay una posible pérdida auditiva.
¿Cómo le harán la prueba de audición a mi bebé?
Un recién nacido recibe una prueba de audición.
Existen dos pruebas diferentes para evaluar la audición de los bebés. Su bebé puede estar en reposo o dormido durante cualquiera de las dos pruebas.
La prueba de emisiones otoacústicas (otoacoustic emissions, OAE) evalúa si ciertas partes del oído responden al sonido. Durante esta prueba, se inserta un auricular de espuma suave en el conducto auditivo del bebé. El audífono emite una serie de sonidos para medir un “eco”, que es la respuesta que produce el oído normal. La falta de eco podría indicar que su bebé tiene una pérdida de audición.
La prueba de respuesta auditiva provocada del tronco encefálico (auditory brainstem response, ABR) evalúa la respuesta al sonido del nervio auditivo y del tronco encefálico (que transportan el sonido del oído al cerebro). Durante esta prueba, el bebé lleva puestos auriculares en los oídos y electrodos en la cabeza. Esto no le causa ningún dolor. Los electrodos se adhieren y se desprenden fácilmente y no deben causar molestias.
¿Qué debo hacer si la prueba de audición de mi bebé indica que puede tener una posible pérdida auditiva?
Si los resultados muestran que su bebé puede tener una pérdida de audición, haga una cita con un audiólogo pediátrico. El audiólogo pediátrico es un profesional en audición que se especializa en la evaluación y la supervisión de niños con pérdida de audición. Este examen de seguimiento debe hacerse lo antes posible, preferiblemente para cuando su bebé tenga de 2 a 3 meses de edad. El audiólogo hará pruebas para determinar si su bebé tiene un problema de audición y, si es así, el tipo y la extensión del problema.
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